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Por qué tiene tanta importancia la abuela materna para un niño

Las abuelas en la vida de sus nietos cumplen un papel determinante, sobre todo, la abuela materna. Ella genera un vínculo especial con ese nieto al que adopta como hijo, pues con él vuelve a ser madre de ese pequeño fruto de la descendencia femenina que trae consigo una conexión que puede llegar a sorprendernos. Son las abuelas quienes, a la luz de la tradición, transmiten todos los valores y ese aprendizaje de las lecciones de vida que solo ellas saben dar.

¿Puede la ciencia explicar la conexión entre los nietos y las abuelas maternas?

Para el común denominador de la gente, es una tradición familiar, y es natural ver cómo las abuelas inculcan a los nietos ese bagaje de sabiduría que luego nos sirve para la vida.

Sin embargo, algo más allá de lo meramente emocional sucede con este vínculo afectivo. La mujer ya nace con sus óvulos desarrollados, esto significa que, sus nietos, de alguna forma, estuvieron también en su vientre. Es por ello que más allá de todo, la ciencia puede confirmar la existencia del vínculo afectivo.

¿Cómo explica la ciencia la importancia de la abuela materna?

Estamos vinculados efectivamente a la abuela materna, aunque no la veamos con frecuencia, el vínculo es igual de intenso por el simple hecho de estar unidos genéticamente. Entonces, bajo este criterio, no solo la carga emocional está en juego, sino que contamos con algo mucho más físico.

De esta manera, cuando hablamos de carga genética, nos encontramos que es la abuela materna desde donde se da inicio a este vínculo. Es la abuela materna quien lleva la potestad,entre los demás abuelos. Es por ello que, en ocasiones la transmisión de genes salta una generación, motivo por el cual es común ver que un niño se parece más a un tío abuelo, o abuelo y no a sus propios padres.

No siempre se trata del parecido físico. Aquí entran a tallar, los ojos, el contorno, el color, o los detalles, los gestos, facciones, lunares. También se deja ver a nivel interno, puede ser una enfermedad o características específicas de los músculos y huesos.

Otro aspecto característico que también es hereditario guarda estrecha relación con los gustos o las profesiones. Significa esto que no es algo tan relacionado con la educación que recibe en el hogar, puede no estar tan relacionado a su núcleo familiar directo, a lo que se inculca en casa, muchas veces tiene que ver con tareas o afinidades de origen hereditario, de transmisión genética.

La transmisión genética aquí juega un papel preponderante en el relacionamiento entre abuelas maternas y nietos, ya que, siguiendo con esta línea de pensamiento, los nietos son aquellos hijos que las abuelas no dieron a luz, pero que conocen desde antes de su nacimiento.

Cabe destacar que los fetos en el vientre de su madre, son receptores de un material biológico importante que proviene de la madre. Aunque los dos padres tienen el 50 % de intervención en ese embrión que se está gestando, es la madre la que ejerce un poder de intervención mucho mayor, pues es la que seguirá nutriendo al niño que crece dentro de ella durante los 9 meses y será determinante para su desarrollo y para el resto de su vida.

La abuela materna, algo más que una madre

Es importante que hagamos una mayor aproximación a lo crucial que puede llegar a ser esta abuela en la vida del nieto en la línea femenina. Sus experiencias y vivencias a nivel emocional tienen mucho que ver en este proceso y no solamente todo lo que rodea al aspecto físico y a la materia relacionada con el intelecto.

Parece increíble, pero la naturaleza humana es más maravillosa y perfecta de lo que nosotros nos podemos imaginar. Visto de esta manera, la conexión entre nieto y abuela puede llegar a ser un canal de transmisión de información genética y de una memoria afectiva que no podemos sospechar, hasta que comenzamos a notar los parecidos, los rasgos, el carácter y paso a paso incluso gestos y expresiones similares a los parientes de la línea generacional de los abuelos.

Es por eso que, todas aquellas emociones que han pasado las abuelas cuando estaban embarazas, es muy probable que no solo se la hayan transmitido a la hija sino también al nieto. Este fuerte e intenso vínculo emocional sigue vivo por dos generaciones, aunque esto nos parezca increíble. Es la conclusión a la que llega el especialista Jodorowsky.

¿Por qué los abuelos paternos no intervienen en esta formación embrionaria? Sucede que la procedencia de toda la información genética que lleva el ADN, en su gran mayoría es de la madre, en este momento fundamental de formación, donde interviene toda la carga genética, pues la esperma del padre no contiene esta información, aunque aun así, hay estudios que afirman que los rasgos hereditarios del padre pueden ser mucho más representativos en el engranaje de la transmisión genética.

Pero no deja de ser una tradición, aun con las conclusiones científicas aparte, que sea la abuela materna la que establezca un vínculo afectivo con el nieto mucho más intenso y por varias y sobradas razones. Es la abuela materna la que acompañó todo el proceso del embarazo a la madre, la acompañó al parto, le dio el calor de madre al recién nacido, le enseñó a la madre sobre los cuidados del pequeño y es quien está pendiente de ambos, en particular los primeros tiempos y también a lo largo de la vida. Ese es el vínculo afectivo primordial de un nieto. Independientemente a cualquier otro criterio las abuelas, desde antiguas tradiciones son las segundas madres de sus nietos.

Fuente: Enamorandome.me


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