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Consecuencias de la abstinencia sexual

Ya sabemos que practicar el sexo tiene múltiples beneficios para la salud mental y física, pero es muy habitual pasar temporadas sin mantener relaciones sexuales sin que sea precisamente nuestra elección. Hablamos de las consecuencias que tiene no practicar sexo en un largo periodo siempre teniendo en cuenta que esto ocurra sin que lo hayamos elegido.

Diferencias en el entorno

Cada individuo puede sobrellevar de distinta manera el mismo periodo sin relaciones sexuales. Algunas personas asegurarán que sienten una gran necesidad, tienen muchos sueños eróticos e incluso notan que les atraen personas en las que antes no se fijarían.

Todo esto lo justifican con frases como “es que llevo tanto tiempo sin sexo…”. Otras personas en la misma situación pueden sentir que cada vez lo necesitan menos, ya ni apenas piensan en ello y se les puede escuchar “creo que me volví asexual, después de tanto tiempo”.

Por supuesto también se puede pasar por las dos etapas durante un largo periodo de abstinencia. Una de las razones por las que esto ocurre es por la distinta cantidad de estímulos sexuales que cada cual recibe. Cuando el cerebro recibe una señal que clasifica como erótica provoca una respuesta que ayuda a preparar al cuerpo para una posible relación sexual, si le recibe estímulos de una forma más o menos regular se prepara para captarlos más rápido.

Es decir, una persona que por ejemplo se entretenga leyendo novelas eróticas será más capaz de detectar estímulos sexuales en otros momentos de su día, por ejemplo caminando por la calle puede fijarse en más individuos atractivos. Al contrario si no proporcionamos estímulos eróticos al cerebro este ocupa su energía en otras cosas y, con el tiempo, puede limitar su capacidad de detectar esas señales, por ejemplo esas personas que dicen que llevar mucho tiempo sin sexo “les vuelve asexuales”, ya no les atrae nadie sexualmente.

Alguien que tenga pareja y que haya percibido que su deseo ha bajado puede encontrar una solución en aumentar los estímulos sexuales pero si se halla en un momento de abstinencia involuntaria es posible que sea más cómodo para él o ella limitar este tipo de señales.

Consecuencias de la abstinencia

No hay muchos estudios relacionados con las consecuencias de la abstinencia sexual y todos ellos se refieren a la abstinencia genitales, es decir que solo tienen en cuenta el tiempo que una persona no utiliza los genitales en sus relaciones eróticas.

Hay muchas maneras de relacionarse sexualmente sin los genitales pero también es cierto que la mayoría de las personas que llevan un tiempo de abstinencia sin ser de su elección tampoco realizan otras actividades sexuales. Por ejemplo, un estudio del Royal Infirmary de Edimburgo sobre los beneficios de las relaciones sexuales también puso de manifiesto que la abstinencia (genital en este caso) puede aumentar riesgo de depresión y empeorar la autoestima.

En cambio si el periodo de abstinencia se realiza por elección personal no provoca ninguna consecuencia negativa.

Entendemos que se refiere a que las personas que quieren tener sexo pero ven frustrado su deseo continuamente pueden acabar desarrollando miedos e inseguridades que afecten a su ánimo y a su autoestima. Después de un periodo largo de abstinencia también es muy habitual que existan miedos a retomar las relaciones sexuales. Esa sensación de haber perdido la práctica lleva a pensar que su eficacia sexual se verá mermada, que “se les notará” etc.

El problema es que estos miedos provocan alteraciones en la respuesta sexual pudiendo causar problemas de erección, falta de control de la eyaculación y disminución de la lubricación y dolor en la penetración en las mujeres.

Así, si se va a retomar las relaciones sexuales después de un tiempo de abstinencia más o menos prolongado el mejor consejo es tomarlo con calma y aumentar la cantidad de caricias y besos (actividades no genitales que no suelen causar ansiedad) antes de lanzarnos a la piscina.


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